Abriles en El Barrio del Tubo (+ Fotos) | Cubadebate

2022-04-19 07:50:12 By : Ms. Celine Chen

Niños del barrio en transformación, 4 de Abril, del Consejo Popular Manuel Sanguily, en La Palma, Pinar del Río. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

No se necesita mucho para ser feliz.  Aquellos niños chispeaban alegría mientras cada uno se aferraba a su parte de la cuerda e intentaban arrastrar al equipo contrario hasta la línea que definía ganadores y perdedores.

El polvo del camino los abrazaba, pero la euforia infantil podía más en aquel desafío de saltar dentro de un saco o por la incógnita de descubrir qué manos escondían la sortijita. Aunque su team perdía en el juego de la soga, la “Santanilla” no cabía en sí, y cuando la gente del barrio le gritaban: "¿¡Pero Santanilla, qué te pasa?!", o "¡Dale, dale Santanilla!", ella regalaba sonrisas y buena vibra, como si tanta felicidad cupiese en tan menudo cuerpecito.

Ese 'nombrete' se lo puso Juani, la muchacha que la cuidaba siendo una niña, nos cuenta la pequeña Mayelis Rodríguez Herrera. Y ante el comentario desafiante del fotorreportero por su repentina timidez, Santanilla se activa, quita su nasobuco, pone la mano en su cintura e inquieta uno de sus pies. “Perdí con la soga, pero cuando estaba corriendo con los sacos, gané”.

La niña Mayelis Rodríguez Herrera (primera en la fila de niños que halan la soga), más conocida en el barrio por Santanilla. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

“A ver, aquí la pasamos bien, vienen muchos niños y jugamos a halar la soga, correr, echar una carrerita, al escondido, al pegao, pero yo quisiera que aquí hubiera un parque como el que hay allá, que tiene un sube y baja, un deslizador…”

Explica la coordinadora de la zona donde se ubica el 4 de abril, conocido como El Barrio del Tubo, quien además atiende la recreación allí por el INDER, que en los seis CDR de la comunidad hay alrededor de 70 niños, y que a partir del proceso de transformación, todos los martes y jueves, se realizan actividades recreativas con las que los niños se divierten muchísimo.

“!A ellos les gusta todo! Si los dejas, aquí se pasan el día entero jugando chinata, trompo, juegos de mesa, la soga, carreras con saco, lo que sea, en dependencia de los implementos que confeccionen o busquen los profes de recreación. Porque el Inder nos apoya con el dominó y la dama, pero ya otros recursos como pelotas, eso no, porque eso lo priorizan a las escuelas para la asignatura de deporte”, comenta Enetalis Tellez González.

Niños del barrio en transformación, 4 de Abril, del Consejo Popular Manuel Sanguily, en La Palma, Pinar del Río. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Como soñar no cuesta nada, y además la esperanza alimenta el espíritu, le damos esa oportunidad.

“Hacer falta hace falta de todo, pero a ver, por lo menos algunas pelotas, lo mismo de béisbol, que de fútbol, voleibol, baloncesto. Porque eso es algo que a la mayoría le encanta jugar y ellos también deben practicar deportes populares como esos”.

La algarabía de los muchachos nos embelesa. Solo los más pequeñines no participan en aquella fiesta; aunque desde los brazos de mamá o tras la cerca están a la expectativa. Ah, y los que como Leinier Varela prefieren un juego más “serio”, como transportar materiales de la construcción en una rastra de madera que le prestó un amigo. Seguramente traslada tierra para las obras que allí se construyen.

Caridad, la coordinadora municipal de los CDR es la que nos guía a ver algunas de las 12 viviendas que se edifican. Nadie mejor que ella porque como dicen por esa zona de la geografía pinareña, es "nacía" y "criá” allí mismo, en el Consejo Popular Manuel Sanguily, del municipio La Palma.

Nos explica que se le conoce como El Barrio del Tubo porque la mayoría de los portales de casi todas las casas de allí están apuntalados sobre tubos. Que se decidió transformar porque es un barrio vulnerable: “Elevado nivel de alcoholismo. Niños con problemas de asistencia a la escuela. Mujeres que dejaban a los hijos solos en la casa. Embarazadas que incumplían con algunos de sus deberes. El estado constructivo de las viviendas, muy malo. Y así una serie de dificultades. Pero hemos trabajado todos los organismos de forma conjunta en este barrio, que era algo que no habíamos hecho, y ya hoy nosotros podemos ver el cambio”.

Vecino del barrio en transformación porta una máquina de hacer puré d etomate, un invento muy utilizado en el municipio pinareño de La Palma. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Dice Caridad que ha sido posible también, gracias a los vecinos, que se han concientizado con la tarea y a las características del barrio y su gente. “No es un barrio violento, las personas son bien llevadas, trabajan, tú llamas para alguna actividad, no solo las de recreación, y la gente responde”.

Algo nos desvía de la escucha. Un señor descamisado trae un artefacto al hombro. Nos explica que es una máquina para batir y colar el tomate y hacerlo puré. La guía nos explica que la mayoría de los hombres de la zona trabajan en el campo, ya sea en las UBPC y la Forestal, mientras que el grueso de las mujeres son amas de casa, otro porciento laboran en escogidas de tabaco, y un pequeño grupo son profesionales: maestras, enfermeras, obreras.

Entre esas féminas que prestan servicio en los centros de beneficio del tabaco está Mercedes, que luego de 14 años de espera, puede palpar la casa digna que le han construido en apenas 2 meses, pues ya está en fase de terminación. Merci fue una de los tantos pinareños a quien el huracán Gustav dejó en el 2008 sin techo, ni paredes, y con un montón de sueños aplazados. En ese momento su hija tenía 10 años.

“Aquellos días fueron muy difíciles para nosotros aquí en Sanguily porque por aquí fue por donde salió el ciclón. To' bajo agua. Yo pasé el fenómeno en casa de mi mamá. Cuando yo llegué y vi, lo que me dio fue por llorar porque imagínate, me había quedado sin na', la casa estaba en el piso. Y además con una niña.

"Estoy contentísima de como ha quedado la casa, está bonita, buenísima y con estos albañiles que tengo que también son buenísimos, que me han hecho la casa en menos de dos meses. Orgullosa estoy de mi casita y de esta Revolución."

Julio Murguía y Carlos Sánchez construyen la casa de Mercedes. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Cemento, arena, agua, pala, cuchara, frotadora. Julio Antonio Murguía Martínez y Carlos Sánchez Bermúdez no se detienen, solo cuando es imprescindible. Esta es la razón por la que en dos meses casi concluyen la casa a Merci, y tienen la de Víctor (justo frente a Mercedes) y otra en el barrio La Anita, que son Plan Mambí, a la altura de 5 bloques (al momento de la entrevista el sábado 9 de abril).

“¿Qué cómo lo hemos logrado? Na', nosotros comenzamos todas las casas juntas trasladándonos pa' acá y pa' allá. El abastecimiento es bueno. La gente ayuda, es agradecida, un cafecito, un poquito de agua. Lo único malo es que no sabemos lo que vamos a cobrar por nuestro trabajo, nos enteramos cuando cobramos. Por ejemplo, por el trabajo realizado hasta la zapata de esta vivenda nos pagaron 5000 pesos para dividirlo entre tres.

Imaginamos que en el otro corte cobremos más, porque el año pasado fue así, por una casa de dos habitaciones nos pagaron 45 000 pesos a dividir entre tres brigadas; y esta casa es de tres cuartos. Comenzamos a trabajar por eso, porque si el año pasado estaba así, debe mantenerse, pero la verdad no sabemos, estamos trabajando a ciegas”, razona Julio.

Víctor Ramírez Costa es otro vecino de este barrio en transformación, muy agradecido por la casa que le construyen, pues aunque es tipo "mambí" (parte en bloque y parte en madera), para él está perfecta porque no tiene otra vía para construirla por esfuerzo propio, y además, el estado le da la posibilidad de pagarla paulatinamente, a través de un descuento salarial. Víctor también perdió su casa cuando el ciclón Gustav, y desde hace 14 años vive en una facilidad temporal.

Otra vez la magia de los niños por aquellos caminos polvorientos. Dayan, un pequeño de 5 años, más conocido por “Caja e' bola”, nos saluda con esa sana espontaneidad de los infantes y comparte su alegría. “Mi mamá ya parió y ahí está el muchachito. Le está dando la teta”.

Dayana explica a la coordinadora municipal de los CDR que ya tiene asignado los albañiles que pronto comenzarán a construirle su vivienda. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

La joven madre ya ha amamantado al recién nacido, que ahora duerme. Dayana Lemus Carrasco tiene 27 años y es trabajadora de la escogida de Vegas Nuevas, por lo que disfruta de su licencia de maternidad. Cuenta que esta última vez llegó al momento del parto con un motivo más de alegría, pues días antes de ingresar en el hospital recibió la noticia que pronto le harían la casa.

“Dije: ¡A buena hora voy a tenerla! Porque aunque ahora pase un poquito de trabajo con la construcción y los niños, luego la vamos a disfrutar, sobre todo, ellos. Imagínate la alegría que siento porque cuando llueve, aquí el agua entra por todos lados y tenemos que estar con el haragán sacando el agua que se concentra. En el tiempo del frío, ni les cuento cómo es la cosa”.

Además de esta buena nueva, Dayana recibió por el programa de bienestar social, un juego de muebles. Como ella los tiene en casa de un familiar porque ahora mismo no dispone de espacio, Caridad nos invita a ir donde la hija de Emelina Rodríguez, la que tiene cinco hijos, cuatro de ellos menores de 12 años, a quien también le entregaron este módulo de una mesa, cuatro sillas y cuatro butacas.

La beneficiada no está, pero su mamá sí, y con la gentileza característica de los vecinos de la zona, abre la casita y nos invita a pasar. Está feliz porque le han dicho que pronto le construirán la vivienda a su hija. Sin embargo, preocupada por los problemas constructivos de su morada que apenas tiene tres años de construida a través del plan estatal de la vivienda.

Algunas paredes que son de bloque, agrietadas. Nunca le entregaron el fregadero de su cocina, y así, otros detalles por los que Emelina no está de acuerdo en pagar su propiedad.

Emelina Rodríguez está feliz porque a su hija, madre de 5 niños, entregaron un módulo gratis de muebles y le construirán una vivienda. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

El Barrio del Tubo indiscutiblemente experimenta cambios a favor de sus pobladores, pero en el que aún quedan muchas realidades adversas que transformar e iniciativas pendientes, para que honre su nuevo nombre: 4 de abril, un símbolo para Cuba de la felicidad y la fuerza de los niños y jóvenes, una fecha alegórica a la primavera, al renacer de algo bello como las flores.

“Queremos hacer a la entrada del barrio un ranchón y poner una peluquería, una lavandería y un punto de venta agrícola, para que los vecinos no tengan que trasladarse hasta otras zonas. Terminar las 12 viviendas. Continuar ayudando a las personas más vulnerables (ahora tenemos 14 casos). Asimismo a las personas encamadas, las embarazadas. Todos los segundos domingos de cada mes, realizar alguna actividad últil al barrio: recoger materias primas, embellecer un lugar, ayudar a algún vecino en alguna labor. Y así, todo lo que sea para bien del barrio y esté en nuestras manos.

"Porque nosotros soñamos y trabajamos por un barrio bien tranquilo, libre de delitos y problemas, pero en cuanto a actitud ante los desafíos del día a día, un barrio de dinamismo, de alegría y de confort. Que las personas de aquí puedan decir con orgullo: 'Yo vivo en lo que era El Barrio del Tubo, ahora es 4 de abril'. Esa es la transformación que queremos para el barrio”, dice la coordinadora municipal de los CDR.

A la salida de esta comunidad, nuevamente el encanto de la infancia; al borde del camino, una pequeña nos regala una sonrisa y un saludo mientras se esfuerza por aprender a manejar y a no caerse de su modesta bici. Nos recuerda esa sabia filosofía; que no se necesita mucho para ser feliz, más bien, actitud ante la vida.

El Consejo Popular se nombra igual que su antiguo central azucarero, Manuel Sanguily, primer lugar, en la zafra del 1970. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

El "Usain Bolt" del barrio en transformación. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

En su casa nueva, casi lista para vivir, Mercedes recuerda aquel día después del huracán Gustav, que llegó al barrio y encontró su vivienda en el piso. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Leinier Varela prefiere el juego "serio". Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Vecinos del barrio 4 de abril, conocido por El Barrio del Tubo. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Yurina Piñeiro Jiménez

Fotorreportero de Cubadebate. Ha trabajado en Granma, Prensa Latina y la AIN. Ha realizado la cobertura gráfica de importantes acontecimientos políticos, deportivos y sociales en Cuba y otras partes el mundo. Posee varios premios y reconocimientos periodísticos.

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Yurina Piñeiro Jiménez

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